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cocina, escritor, estupideces, frases hechas, lisardo, relatos y novelas
-Decía siempre mi padre que preguntando se llega a Roma; que es como decir que si quieres hacer algo, mira de asesorarte.
Lisardo habla mientra revuelve briosamente un batiburrillo de ingredientes en una sartén. Es la hora del almuerzo, bulle la cocina del restaurante y yo soy el único cliente con licencia para pasearse por ella cuando está en todo su apogeo. Soy un privilegiado, porque aquí huele a comida de verdad. Los camareros dejan las notas de las comandas sobre el mostrador que antecede a los fogones y Lisardo los canta antes de ir a ensartarlas en el clavo que pertoca a cada mesa. En este lugar se trabaja a la antigua. Sigue leyendo